(Mensaje de Whatsapp) Hola Beatriz, dime si te apetece hacer la entrevista en algún sitio de Córdoba que tenga que ver contigo.
(Audio de Whatsapp) No me des ideas, porque ya se me está ocurriendo el colegio de monjas donde tripití EGB, tripití. Eso es el origen de todo si te digo la verdad: Las Esclavas.
(Mensaje de Whatsapp) No te creo!!! Yo también estuve allí… esas madres, ese túnel, ese Sagrado Corazón de Jesús, esa Santa Rafaela María Porras Ayllón…
(Mensaje de Whatsapp) Lo hacemos allí? 👀
(Mensaje de Whatsapp) Voy a preguntar.
Lo que sigue es la conversación con la creadora visual Beatriz Sánchez (Córdoba, 1977) tras un tour por su colegio de las Esclavas, en la cordobesa plaza de San Juan, de la mano de su amabilísimo director David Fernández. Una gran charla que arroja luz sobre la actitud punky de esta artista que mezcla lo digital con lo analógico, que ama el humor, el disparate, lo grotesco y la basura, que dispara a pie de calle contra las imágenes que producen tanto el sistema como la cultura elitista y que ha acabado acomodada al low cost que ha marcado su vida artística. Y la otra, también.