Cuando los Chicago Cubs ganaron las Series Mundiales de béisbol el pasado de mes de octubre, la alegría se desató sin control en la ciudad de Illinois. De entre todos los fans de los Cubs, hubo uno que probablemente se llevó el premio al hombre más feliz: Bill Murray.
El actor solía decir que, para él, el día más triste del año era el que terminaba la temporada de béisbol. Las circunstancias solían hacer que ese día nunca coincidiese con el que los Cubs terminaban de jugar. Siempre les eliminaban antes. Hasta el pasado 2016, que cambió la historia y, claro, hubo que celebrarlo.