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El cantor de tragedias y comedias

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Juan Antonio Castillo, conocido como Patuchas y Juan Antonio Canta

El documental ‘Patuchas, el hombre de los mil limones’ pretende recuperar la figura de uno de los artistas andaluces más polifacéticos y creativos de los 90, Juan Antonio Canta

Marta JiménezMarta Jiménez|Córdoba@radiomarta
“Te quiero!/ es todo lo que tengo:/ Un tonto sentimiento/ y ganas de besarte la nuca”. Asbel Esteve (Amposta, 1979) escuchó un día en Radio 3 este estribillo con base de casiotone y la mente se le llenó de recuerdos. De cuando tenía 15 años y quedó impresionado por el suicidio de un músico al que admiraba, Juan Antonio Canta (Córdoba, 1966-1996), autor del tema ‘Te quiero’.  Lo había conocido mucho antes, igual que media España, cantado ‘La danza de los 40 limones’ en el late-show de Pepe Navarro ‘Esta noche cruzamos el Mississipi’.

 “En aquel verano loco de los limones” (1996) cuenta Esteve por teléfono desde Cataluña, “conseguí el disco de Juan Antonio grabado en una cinta  y me convertí en un fan porque me encantó lo que escuché. Luego supe que había sido el cantante de Pabellón Psiquiátrico”. El cantante lideró el grupo en los ochenta, cuando todo el mundo lo conocía como Patuchas, como siguen refiriéndose a él sus amigos, y que dio paso a una breve carrera en solitario en la que solo grabó un primer disco llamado ‘Las increíbles aventuras de Juan Antonio Canta’. Además, fue autor teatral, escritor y dejó, sin grabar, un número incalculable de canciones. “Lo que más me impresiona de él es su capacidad creativa” confiesa el realizador Asbel Esteve, “por eso en mi adolescencia de fan me impactó tanto que alguien que para mí lo tenía todo, se despidiese de esa manera a los 30 años”.
Hay mucho de ese sentimiento en la historia personal del director a la hora de poner en marcha este proyecto. Un largometraje documental, de unos 70 minutos, que pretende difundir la amplia y valiosa obra de Juan Antonio Castillo. Se llamará ‘Patuchas, el hombre de los mil limones’, y está escrito, realizado y producido por el propio Esteve. “El título alude a que Juan Antonio fue mucho más que aquello de los limones”, un estribillo que cantó machaconamente en televisión, como única manera de encajar su talento en el programa de Pepe Navarro, quien también aparece en el documental.
Pero esta historia estará contada fundamentalmente por quienes lo conocieron. Sus amigos cordobeses, que compartieron con él conciertos íntimos en su hábitat natural, el Limbo, un mítico bar de la ciudad, y sus madrileños amigos teatreros que lo disfrutaban como one-man-show en los noventa en el clásico Libertad 8. “La historia de Patuchas se guarda en cajitas, ahí están los recuerdos de cada uno”, dice el director que lo que hace es plantar su cámara y comenzar a abrir esas cajitas apenas sin preguntas. “Así se ha hecho la película. Es su historia explicada por sus amigos”.

Desde Patuchas a Juan Antonio

Artista polifacético y tremendamente creativo, Juan Antonio Castillo, Patuchas primero y Juan Antonio después, con sólo 30 años grabó cuatro discos con el grupo Pabellón Psiquiátrico, del cual era cantante y compositor. Después inició su camino como cantautor, publicando el disco ‘Las increíbles aventuras de Juan Antonio Canta’ (Virgin Records, 1996), dinamitando todas las listas de ventas con su gran éxito “La danza de los 40 limones”.
Para llevar a cabo el trabajo, Esteve está realizando entrevistas a los amigos más cercanos de Patuchas como Carlos de France, Santi Carrera, Jesús Blanco o Fredius Darde; lo que confirma el interés de su director por aproximarse al personaje desde una perspectiva personal y humana, además de artística. También recogerá el testimonio de artistas con los que Patuchas mantuvo relación como Martirio, el Lichis de La Cabra Mecánica o el mismo Pepe Navarro, director del televisivo late-show Esta noche cruzamos el Mississipi, en el que Juan Antonio popularizó su “Danza de los 40 limones”.

La necesidad de hacerlo es porque la del músico es una historia no contada. La de un absoluto desconocido incluso en su ciudad, más allá de sus círculo, algo que descubrió el director al comezar a tirar del hilo y encontró muy poco sobre Juan Antonio en Internet. Cuando supo que la compañía Escena T estaba representando una obra suya, ‘Mambo’, se le iluminó el camino. A partir de ahí Esteve ha buceado en el universo del autor viajando entre Córdoba y Madrid, algo que estará presente en el documental con planos tomados desde el AVE, en un trayecto donde al realizador le gusta imaginar a Juan Antonio “escribiendo y pensando en el camino entre las dos ciudades que lo tenían enamorado”.
Juan Antonio admiró mucho a Martirio, que participa en el documental, y a quien el músico conoció en Jaén, en el Festival de la canción de autor siendo ella jurado, lo que le dio la oportunidad de mostrarle sus canciones. Se conserva una carta dirigida a la cantante en la que Juan Antonio, tan solo un mes antes de morir, escribe: “sigue así y acuna las almas perdidas de los que pensaron que había que apostar por lo que no se tenía. Tu fan, Juan Antonio Canta”.
Martirio le respondería años después y de forma póstuma en una carta que publicó la revista El secreto del olivo: “Siempre estará en mi memoria esa esquinita de mi sofá donde me enseñaste tu libro con tantísimas letras buenas y me cantaste todas las canciones y yo como una niña en Reyes, alobaíta, mirándote sin dar crédito a esa ingente composición de temas guapos y originales. Allá donde estés, que estés bien, que tu luz alumbre y que sepas que seguimos teniéndote en el corazón”.
Pero si hay un músico que ha heredado el sello de Juan Antonio, ese es Lichis, cantante de La Cabra Mecánica, también invitado en el largo. El carismático cantante no solo ha versionado ‘La copla del viudo del submarino’, sino muchas más en sus conciertos. Ambos no llegaron a conocerse, pero cuando La Cabra Mecánica preparaba su primera maqueta “estaban convencidos de que hacían algo único” cuenta Asbel, “y alguien les dijo que escucharan el disco de Juan Antonio y se dieron cuenta que alguien ya lo había inventado antes”.
Actualmente, el documental está en fase de rodaje y la mayoría de las escenas se sitúan entre Madrid y Córdoba, haciendo un recorrido por los principales locales y teatros donde actuó. Incluye una recreación artística de los espacios del imaginario surrealista del artista Cordobés que ayudarán a entender cómo era su fantástico mundo creativo. Los planes son presentar sus primeras imágenes a final de febrero y preestrenarlo en Córdoba al final de la primavera, para que el documental vuele en verano por festivales y distribuidores.
‘Patuchas, El hombre de los mil limones’ es el primer largometraje de Asbel Esteve, joven realizador establecido actualmente en el sur de Cataluña. Anteriormente ha realizado varios cortos reconocidos en diferentes festivales internacionales: In Albis (2012), seleccionado en más de quince festivales, entre ellos el “Short film corner” y “DocCorner” del Festival de Cannes; Ciudad de vacaciones (2011) y Orgànic (2010), ambos tuvieron un largo recorrido. Al mismo tiempo sigue con sus proyectos e instalaciones video artísticas.

Para realizar el documental se contará con imágenes de archivo de la Filmoteca de Andalucía, Televisión Municipal de Córdoba, Canal Sur Televisión y Televisión Española, además de nuevo material y declaraciones de amigos, colaboradores y personas cercanas al “universo Juan Antonio Canta”.

“Como no hay mucha gente interesada en contar esta historia” ironiza el director sobre el asunto de no encontrar coproductores para el proyecto “lo haremos con la misma filosofía y el mismo espíritu que tenía Juan Antonio”. El director se refiere a que el músico, al darse cuenta de que nadie quería producirle su primer y único disco en solitario, lo grabó en casa de su amigo Antonio Moreno, hoy archivero de la Orquesta de Córdoba.
La única espinita que le quedará tanto a Asbel como al resto de seguidores de Patuchas es que no se haya conservado en video ni una sola de las “flipantes” actuaciones en solitario de Juan Antonio. Conciertos que estaban llenos de canciones nuevas que daba a probar al público “y algunas bien grabadas (solo el sonido) gracias a Antonio”. Algo es algo en este juego de cajitas de recuerdos que aun puede dar sorpresas y que rescata a un artista tan gigante como olvidado.

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