Morales, Morente y Gutiérrez Acha el domingo en Sevilla
El SEFF estrena con aplausos emocionados ‘Guadalquivir’, un viaje por la biodiversidad andaluza en la primera película de naturaleza rodada en España
Si alguien pensaba que una película de naturaleza no podía emocionar, ‘Guadalquivir’, la primera del género rodada íntegramente en España, ha llegado para romper dicho tabú gracias a la poesía que encierra. Además, viene a mostrarle al mundo que existe vida animal más allá de los ñus y de los leones, que los ingleses y franceses no tienen la potestad en esta clase proyectos y que tampoco hay que viajar miles de kilómetros para encontrar paraísos de biodiversidad. Los que tenemos al lado de casa son un auténtico tesoro en Europa.
Esto es algo que sabe muy bien
Joaquín Gutiérrez Acha, uno de los más reputados directores de naturaleza en España y a quien esta tierra lo ha visto crecer como documentalista. Precisamente uno de sus últimos trabajos fue en la unidad de naturaleza de ‘Entrelobos’, el filme de Gerardo Olivares y en donde dio las primeras pinceladas de nuestros animales para la pantalla grande. “En Andalucía existen reductos de fauna antigua y de fauna africana, por eso hay una variedad brutal” explicaba el domingo en Sevilla tras el estreno de esta película que llegará a los cines el 13 de diciembre “con copias para toda España” según su productor,
José María Morales de
Wanda Natura quien ha realizdo este proyecto en coproducción con
Bitis.
El río grande de los árabes es la excusa para enseñar un trozo de la diversidad andaluza desde Cazorla hasta Doñana, por los 700 kilómetros del Guadalquivir para ir mostrando las cosas que pasan y sus maravillas biológicas, y en donde tres de las ciudades que se orillan a su vera –Montoro, Córdoba y Sevilla- aparecen como gotas de agua en el inmenso océano de la fauna y la flora de esta tierra. Quien nos guía es un zorro hembra, el único personaje “de ficción” de la historia que une y da sentido a las secuencias salvajes con todo tipo de animales e insectos de tierra, mar y aire.
“Estrella es Andalucía”
Así definen a la artista sus compañeros de este viaje. “Me siento privilegiada por estar en medio de tanto poema, luz, vida y respeto a la naturaleza y a los seres vivos” expresaba una emocionada Morente en Sevilla, adonde acudió el sábado acompañada por su familia –el torero Javier Conde y sus hijos, de 11 y 8 años, Curro y Estrella- para que vieran desde el cielo “la tierra vestida de lunares” y experimentaran la “conexión con la raíz de la tierra” que tiene el filme.
La cantaora también, que aprovechó para pedir que la película “se lleve a los colegios”, ha recordado a su padre, Enrique Morente, en esto de enfrentarse a retos en la vida y experimentar con cosas que nunca antes había hecho. “Mi padre me enseñó de pequeña a enamorarme de las flores y en esta película he visto a las flores cantar y he descubierto sentimientos que creía solo humanos en muchos animales”. Por eso agradece al flamenco el permitirle entrar en “este mundo tan mágico” del que cree que ha salido mejor persona por haberse rodeado de tanta belleza.
La historia comienza en otoño en las sierras de Cazorla y Segura, donde nace el gran río y el agua, más que fluir, se despeña por los riscos y cortados de piedra; son las tierras del águila real, el ciervo y la cabra montés. Siguen las laderas suaves y ásperas de Sierra Morena en invierno, los paisajes de las grullas, el buitre negro y el lince ibérico.
El viaje aguas abajo concluye en Doñana, en primavera y verano, allí donde una barrera de dunas detiene al río antes de disolverse en el mar, las aguas se desbordan en las marismas y la biodiversidad alcanza los máximos niveles de toda Europa
En este canto de amor a Andalucía que es ‘Guadalquivir’, la guinda la ha puesto la cantaora Estrella Morente, narradora del filme y voz del tema principal de la película basado en el poema de Machado ‘Oh Guadalquivir’.
Productor y realizador, que veían “inaccesible” a la cantaora en un principio, han alabado su “entrega, emoción e interés en el proyecto desde su origen”, además del acento andaluz y flamenco que necesitaban para la narración.
En lo más prosaico, la parte técnica, ‘Guadalquivir’ utiliza muchos de los avances tecnológicos, como cámaras ultrarrápida o el time-lapse para, por ejemplo, ver nacer una flor en cuestión de segundos. Asimismo, el sonido es fundamental, un elemento más de la narración que nos transporta a los lugares más escondidos de la naturaleza.
De ello se ha encargado Carlos de Hita, un referente en sonidos de la naturaleza y propietario del mayor archivo de naturaleza de España, quien confiesa entre bromas que con lo único que le quedaba por trabajar era con el sonido “de la voz de Estrella, una voz más del ecosistema sonoro” para añadir que “la naturaleza se describe por sí sola con su sonido”.
‘Guadalquivir’ está hecha para la gran pantalla, “es lo que merece el vuelo del águila real” dice su director, aunque acabará pasándose por televisión -Canal +, Canal Sur y RTVE participan en el proyecto- una vez que acabe su vida en cines. La película goza de personalidad propia, de un carácter andaluz que muestra lo que hay que conocer y proteger en nuestro territorio, el lugar donde se sitúa de la mítica Atlántida.