‘10.000 noches en ninguna parte’, la tercera película del malagueño Ramón Salazar, única española en la sección oficial del SEFF
Marta Jiménez@radiomarta
Diez años después de ‘Piedras’, su debut en el largo, el malagueño Ramón Salazar repite con sus actrices fetiche, Lola Dueñas y Najwa Nimri -ambas aparecen en sus tres películas- y da un giro a su cinematografía con ‘10.000 noches en ninguna parte’, un viaje emocional y no lineal sobre la memoria “de la que he tenido la sensación de ser la primera película todo el rato”, confiesa el director.
El filme, que también propone un viaje físico por Madrid, Berlín y París, se ha visto este fin de semana en el Festival de Cine Europeo de Sevilla como la única película española que compite por el Giraldillo de Oro.
“Esta película cierra un ciclo tras una década” ha dicho el director en Sevilla, hablando de una película que ha estado tres años rodándose en tres ciudades distintas y para la que Salazar escribió biografías de los personajes en vez de guiones. “He trabajado de una forma abierta a la improvisación, las ciudades nos iban sorprendiendo y salía lo que iba surgiendo, porque además hemos rodado de manera inversa, comenzando en Berlín, que es el final de la película”.
Aunque Nimri no está del todo de acuerdo con el sistema de trabajo, ya que afirmó en Sevilla que no tuvo “la sensación de improvisar tanto” porque Salazar “te ata súper corto y no es tan guay como parece”. El director solía generar las situaciones y los actores vivian a los personajes, pero para la actriz y cantante “es más difícil cuando no tienes el texto escrito porque cuando quieres imitar a la vida, la vida te golpea”. En Berlín, el episodio de Nawja, los actores vivieron juntos para experimentar a sus personajes, una convivencia que Nimri confiesa que le costó al principio “pero resultó ser lo contrario, algo vital para llegar a los personajes”.
El protagonista de la historia es el personaje que interpreta Andrés Gertrúdix, quien viaja al exterior como huida y al interior de sí mismo, “un viaje emocional en tres compartimentos estancos” según el actor, para una película que es “un juego que cada cual debe ir completando”. Gertrudix ha reconocido la dureza de un rodaje “largo y difícil por la distancia entre las fechas de rodaje” pero “muy libre y abierto”.
Más allá de la memoria
Un film que salta sin red, destinado a ser de culto, extrañamente sublime e hipnótico. Un joven (Andrés Gertrudix) de desconcertante ingenuidad vive tres vidas paralelas (¿quizás un limbo?). Una, gris y monótona, marcada por una madre que podría ser una Margot Tenenbaum decrépita y alcohólica. Otra, un romance en París con una especie de Amélie bizarra y fuera de lugar (Lola Dueñas). Y la tercera, con un trío en el piso berlinés de una pintora (Najwa Nimri) que podría salir en un reportaje sobre nuevas relaciones sexuales de la Vice. El tiempo/espacio retorcido de Gondry, filmado a la Malick, según el festival sevillano.
Susi Sánchez interpreta a su madre, un personaje que se mueve por territorios muy oscuros pero que tiene mucha necesidad. La actriz, que nunca llegó a leer el guion entero, ha asegurado haberse sentido muy “llevada y sostenida” en la película por mucho que no cortaran la Gran Vía para una escena que protagoniza enmedio del tráfico de la calzada. En realidad, para la actriz “ha sido una de las experiencias más peculiares que he tenido en el cine”.
Hansel y Gretel en París
Una especie de Hansel y Gretel por la ciudad del Sena es la historia parisina de ‘10000 noches en ninguna parte’, la más naif de las tres y que protagoniza el personaje de Lola Dueñas. La actriz ha declarado su amor por el director en Sevilla: “no puedo separar lo que siento por Ramón del trabajo” o “me basta su mirada para sentirme actriz”. Dueñas, cuya sensación es la de “haber jugado con Andrés por París”, ha recordado que Jeanne Moreau también se sumergió en el Sena en ‘Jules et Jim’, hablando sobre su secuencia en el río.
Ramón Salazar ha ahondado en la idea de que “los lugares por los que aun no hemos pasado nos están esperando y nunca es tarde” y que plantea cómo “la idea de huida agrava los problemas”. Para el director, “siempre que tomamos una decisión en nuestras vidas, tomamos también justo la contraria y esa coexistencia está en el personaje que interpreta Andrés”. De hecho, Salazar se ha puesto de ejemplo confesando que el Ramón que se quedó en Málaga y no fue a Madrid a hacer cine “aún me sigue ayudando desde allí y estamos destinados a encontrarnos al final del camino, como le ocurre al personaje de la película”.
Nawja Nimri firma la banda sonora de un filme que aun no tiene distribución, por tanto ni fecha de estreno, pero que se verá en los madrileños cines de Callao el 19 de noviembre dentro de Madrid Premiere Week. Antes, este sábado, sabremos si le cae alguno de los premios europeos de Sevilla.