Niños de entre 6 y 15 años aprenden a ver cine durante las mañanas de julio en la Filmoteca de Andalucía
Marta Jiménez|Córdoba@radiomarta
¿Se puede enseñar el cine? Visitando la Filmoteca de Andalucíaestos días de julio por la mañana aun se puede albergar alguna esperanza. Aunque esto sea algo que no ocurra ni en los colegios ni en los institutos de este país, normalmente y salvo excepciones, más volcados en el lenguaje verbal por encima de todos los demás. Y la vida no son solo palabras.
Tal cosa nos la demuestran niños y niñas de 9 a 11 años del colegio Los Califas de la ciudad, a quienes acompañamos, en la sala Josefina Molina, durante el taller ‘Una mañana de cine en la Filmoteca’, organizado por la propia institución cinematográfica y el colectivo La Bella Varsovia, enmarcado dentro del programa municipal de Escuelas de Verano. Para empezar, allí se pone de manifiesto no solo la cantidad de audiovisual que consumen las nuevas generaciones, sino que, al igual que las que los precedieron, los niños y adolescentes contemporáneos también necesitan historias imaginarias para sobrevivir.
El taller se abre con una pequeña charla sobre el funcionamiento y la razón de ser de la Filmoteca para pasar a ver la película más antigua que cualquiera de ellos haya visto nunca: ‘El hotel eléctrico’, de Segundo de Chomón realizada en 1908. Se oyen algunas risas en la sala bajo el la música de piano que acompaña la proyección y se abre alguna boca ante la sorpresa de cómo funcionan los trucos del cine antiguo.
El técnico Ramón Benítez contrapone esta historia rodada durante la conformación de la cultura cinematográfica a un corto de animación de nuestros días, ‘Pigeon: Impossible’, dirigido por Lucas Martell. La historia se centra en un agente secreto que ve como una paloma le acaba haciendo la vida imposible al manipular su maletín multiusos. Un corto que demuestra a los niños cómo una historia se puede contar de principio a fin en poco más de cinco minutos. También, que no sólo Pixar sabe hacer cortometrajes divertidos y poseedores de una gran calidad e imaginación.
Aunque irremediablemente todos han visto la saga ‘Toy Story‘ y la poeta Elena Medel, encargada de la segunda parte del taller tras el recreo, aprovecha la cercanía de su alumnado con las películas de Pixar para explicarles qué significa el guión en un film. Ante la escena en la que Buzz Lightyear y Woody descubren que no son humanos sino juguetes: “¿Qué ha pasado aquí?”, pregunta la monitora. Silencio. “Pues que se han dado cuenta de su condición de juguetes gracias al guionista”.
Su objetivo es que los niños tomen conciencia de que en las películas hay algo más que actores. Que existe la música, el maquillaje, el vestuario y alguien que se inventa la historia. “Lo que quiero es que lo apliquen a las películas que a partir de ahora vean en casa o en el cine y se fijen en los detalles que antes les pasaban desapercibidos”, nos explicará Medel más tarde. Ahora toca contarles a los niños que en el cine existen historias inventadas e historias tomadas de otros y llevadas a la pantalla “¿Quien me puede decir el título de un libro que se haya convertido en película?” Media sala alza su mano: “Harry Potter’, ‘Crepúsculo’, ‘Mortadelo y Filemón’…”
Sin embargo, nadie sabe decir el nombre de Audrey Herpbun, aunque les “suena”, cuando aparece en pantalla. Eso sí, todos afirman que cogerían a la actriz como protagonista de una película romántica. Asímismo, tienen la oportunidad de experimentar viendo una escena de película sonora sin música “¿Qué música podría estar sonando aquí, de amor o de terror?”; O bien, buscar un elemento raro en una escena de ‘María Antonieta‘, de Sofía Coppola, en las que aparecen una zapatillas Converse en el vestidor de la reina. Un detalle que sirve para discutir si la directora las puso allí por error o no.
Por el taller están pasando niños desde 6 hasta 15 años. Los más pequeños ven cortos de animación tras los que dibujan lo que más les ha llamado la atención en unas pinturas que ahora cuelgan en el patio de la Filmoteca. En cuanto a los mayores, “aguantan bien las piezas muy breves pero se pierden cuando pasan los 3-4 minutos”, reconoce Elena Medel, “pertenecen a la cultura de Youtube y las piezas largas no funcionan tan bien, pero, sin embargo, responden muy bien a las preguntas que les planteamos”.
No estamos muy seguros de si tan solo en una mañana de cine estos jóvenes aprenderán a buscar películas que les ayuden a comprender la realidad. Al menos, ya se ha puesto una pica en sus cabezas. Porque por mucho que sepan que vivimos en un mundo real, seguro que casi todos guardan en secreto otras vidas que les gustaría vivir. Y justo para eso está el cine.