Cruzar el patio y entrar en la casa del artista y pensador José María Báez, la que comparte con su mujer y también artista Dorothea Von Elbe, es muy parecido a hacerlo en cualquier templo particular. Allí, en el comedor, están nombrados sobre el muro, con la tipografía característica de su obra pictórica, los dioses de la casa: Malevich, Palermo, Nolde, Sánchez Cotán, Rothko y Schlemmer.