“Los que construyeron esta puerta, ya se han muerto”. Un afamado cronista taurino cordobés solía contar esta anécdota que un día, hace ya más de una década, escuchó que contaba un cochero de coche de caballos a unos guiris delante de la Puerta de Almodóvar. Como los coches de caballos son una de las instituciones inmortales de esta ciudad, el eslabón que la conecta con la Córdoba que describieron los viajeros Borrow y Gautier en el XIX, este periódico ha decidido retratar en primera persona la experiencia que vive cualquier visitante que opta por recorrer la ciudad en este transporte inmemorial y turístico.