Las salas veraniegas Delicias, Olimpia y Fuenseca pasan, vía subasta pública de la Agencia Tributaria, de las manos de Rafael Gómez Sandokán a las de Esplendor Cinemas, la empresa exhibidora de los cuatro cines del casco histórico desde los años 80
Los cines son para el verano. Al menos en Córdoba, una ciudad que posee la singularidad de haber conservado cuatro de sus históricos cines de verano del casco gracias a la calificación de “zonas verdes y equipamiento público” que recibieron en 1986 del Plan general de Ordenación Urbana (PGOU), que junto al Plan especial de Protección del Casco Histórico (Pepch) blindaron estos locales contra los deseos de construir en sus codiciados solares.
El empresario y concejal Rafael Gómez compró los cines Delicias, Fuenseca y Olimpia, este último explotado por la familia Sánchez Ramade, en el año 2004 y fueron suyos hasta octubre de 2014, cuando un embargo prioritario de la Agencia Tributaria desde su Delegación Central de Grandes Contribuyentes, iniciado en febrero de 2008 sobre el grupo inversor Arenal 2000 S.L., sacó a subasta estos tres locales.
La empresa Esplendor Cinemas S.L., que lleva gestionando estos cines además del Coliseo San Andrés desde 1986, con la excepción del Olimpia, que explota desde 2004 , acabó siendo la adjudicataria de la subasta pública y es titular de los cines desde el pasado mes de noviembre. “Nuestro deseo es garantizar la continuidad de la empresa”, explica su gerente Martín Cañuelo, “además de la supervivencia de una actividad singular en unos cines únicos en España por su historia, enclave y características”. El empresario, que prefiere guardarse la cifra que ha tenido que pagar la empresa por esta adquisición pero que sí cuenta que se ha realizado por el precio de partida, asegura que se han visto “obligados” a hacer un esfuerzo en la subasta.
La subasta se hizo pública en julio de 2014. Desde entonces, la empresa realizó un estudio cuyas conclusiones les animaron a acudir a la puja “sin saber muy bien que resultaríamos adjudicatarios”. La subasta se realizó en el mes de octubre y titulo de propiedad de los tres cines, con certificación de la agencian tributaria, tiene fecha del 28 de noviembre de 2014.
La empresa realizó el pasado verano una inversión de 120.000 euros para la digitalización de sus proyectores del Coliseo y el Delicias tras el apagón analógico. Este año les tocará a los equipos del Olimpia y el Fuenseca, a lo que se le suma el mantenimiento de los solares y los edificios “dentro de la calificación que poseen”. Por ejemplo, la casa de la Fuenseca, en la que se apoya su famosa fuente, está catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC). Posee un torreón que es un elemento paisajista de la ciudad y, aunque se encuentra “apuntalada por dentro y por tanto asegurada”, según Cañuelo, necesita ser remozada por fuera, algo para lo que se tendrá que pronunciar la Comisión Provincial de Patrimonio.
¿Y qué ocurrirá en estos locales el resto del año? ¿Se les dará uso a estos espacios? Según la calificación de “zonas verdes y equipamiento deportivo” que poseen los cines, su uso deberá ser deportivo en otoño, invierno y primavera, “algo que nos gustaría ampliar a uso social y cultural”, expresa su gerente; “todo lo que se pueda y también abrirlos a las barriadas”. Cañuelo ve “grandes posibilidades” para estos espacios como equipamientos culturales compatibles con el cine, pero hará lo que el Ayuntamiento “finalmente permita”, ya que prefiere “no vender humo”.
La candidata electa del PSOE, Isabel Ambrosio, explicó durante la pasada campaña electoral que, de gobernar la ciudad, “negociaremos con la empresa propietaria de los cines de verano para que puedan tener un uso cultural, vecinal y deportivo en periodos no estivales, manteniendo su uso como cines en verano”.
En cuanto a la programación y filosofía de esta nueva temporada, que comenzará a mediados de junio, los cines continuarán con el mismo espíritu que hasta ahora. “Una mejora de la calidad pero sin ningún cambio radical”. El gerente recuerda que hay que generar ingresos para “costear los gastos” de la actividad de verano, que da empleo de junio a septiembre a 30 personas, “mejorar progresivamente” los recintos, pagar “la hipoteca” al banco, así como las “obligaciones fiscales”. Martín Cañuelo reconoce que no tienen una sola subvención y habla de un “cambio sutil” en la programación durante esta nueva etapa que se inicia. “Probaremos distintas posibilidades de programación pero todo irá en función de que el público acuda en número suficiente”, concluye.