Marta Jiménez@radiomarta
Esta es la historia de un niño con un tesoro en su interior. El del bel canto. El niño, que ya es un hombre de 28 años, tiene una voz tan brillante como el nombre del barrio donde habitó en su infancia. La crítica lo define como tenor mozartiano y él se llama Pablo García-López. Hoy vive a caballo entre Córdoba, Berlín y los escenarios de medio mundo gracias a que sus cuerdas vocales lo han superado todo: las hormonas, el crecimiento y la transformación; el miedo, la soledad y la incertidumbre. Y es que, como dice el tenor Jonas Kaufmann, el privilegio de la voz consiste precisamente en eso, en pasar por diferentes estilos, épocas, estados de ánimo.
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