Declaro que Córdoba no se merece esto, aunque tal vez sus ciudadanos actuales sí
El tiempo es lento para Medina Azahara. Aunque no siempre ha ocurrido así a lo largo de su historia. La ciudad palatina se levantó en casi diez años y en menos de cien se convirtió en un campo de ruinas. Y es que el esplendor siempre lleva pegado un tempo inexorable inversamente proporcional al de la decadencia. La Junta de Andalucía acaba de plantear por enésima vez que el conjunto arqueológico ingrese en las filas del Patrimonio Mundial de la Unesco, por mucho que siga habiendo algo que lo impida: 240 chalés ilegales que amenazan al conjunto desde el sur.
El día de la marmota también ha vuelto al Consistorio, en donde el alcalde vuelve a negar que el tema de las parcelaciones irregulares en el entorno de Medina Azahara –que fue declarado Bien de Interés Cultural en el año 2006– pueda ser excusa para no aspirar al distintivo. Otra vez unas declaraciones calcadas a las de otro alcalde y de otro color en el 2009. Decíamos ayer que la rendija de esperanza pudiera ser otro título, “Paisaje Cultural” en su dimensión de paisaje histórico urbano. Un instrumento jurídico internacional único para identificar, proteger, conservar y legar a las generaciones futuras los paisajes culturales de valor universal excepcional ¿Podría entrar en tan distinguido club el paisaje del poniente de nuestro municipio, pongamos hasta el Castillo de Almodóvar? Algunos expertos del Icomos (el organismo independiente asesor de la Unesco) opinan que sí ¿Y por qué no se han iniciado los trámites? Porque nadie lo ha pedido.