¿Cuánto de nosotras hay en nuestras caras maquilladas y sin maquillar? parece preguntar la artista Rosario Villajos en esta invitación al reseteo y a una lucidez no basada en lo visual
“Duele. Todo este maquillaje. Sobra”. Este primer verso de un poema de las Hermanas McCausland, publicado en el fanzine madrileño y feminista Sisterhood -que tiene entre sus principios “subvertir la pátina simbólica que nos rodea y nos determina”- posee menos de seis grados de separación con un proyecto fotográfico sobre la feminidad que está realizando una cordobesa en Londres. Allí, como en el resto del orbe, existen ahora mismo miles de mujeres espejito en alto poniéndose rimel o antiojeras; pintándose Kolh o eyeliner. Pero en la city habita una dama que ha decidido rebelarse y autoexperimentar con no maquillarse y salir a la calle durante una temporada a cara lavada. Y ha invitado a la fiesta a todas las que se atrevan.
Ella, emigrada a tierra extraña hace un lustro, se llama Rosario Villajos. Muchas hemos recibido un hermoso mail en el que nos habla de su proyecto My imperfect skin. A no makeup Project (Mi piel imperfecta. Un proyecto sin maquillaje). Una especie de aspiración artístico-sociológica que pide que firmemos enviando una foto propia, de cara y de cerca, sin una gota ni de maquillaje ni tampoco de photoshop ¿El propósito? “Porque no voy a ser joven y bonita para siempre”, explica Villajos dejando claro que no está en contra del maquillaje, sino más bien de que a las mujeres se nos machaque continuamente con las imperfecciones de nuestra piel. Una presión que mueve millones de euros y que, lo peor, “suele acabar partiendo de nosotras mismas”. Las negativas a participar también forman parte de este proyecto y, como no, muchas de las que no se dejarían ver sin maquillar ni por los bomberos que vinieran a salvarlas de un incendio en mitad de la noche -una anécdota real atribuida a Sara Montiel en un hotel de Barcelona- ya han manifestado su no rotundo.
¿Cuánto de nosotras hay en nuestras caras maquilladas y sin maquillar? parece preguntar la artista en esta invitación al reseteo y a una lucidez no basada en lo visual. Su proyecto resulta revolucionario ante la estética imperante, que es la que es, que nos recuerda y nos hace reflexionar sobre el hecho de que la belleza per se no existe: es solo un canon sujeto a unos modelos que interesa conservar.
Y si no lo creen, como denuncia la bloguera Ana Vázquez Toscano, vayan al quiosco y hojeen una de esas revistas “femeninas” que avergüenzan al género y que, para colmo, últimamente intentan vendernos el camelo de las “famosas sin maquillar”. Una risa. El caso es que ducharse, vestirse y salir a la calle sin pasar media hora ante el espejo es un placer de la vida que también debería estar reservado a las mujeres. Si se atreven a documentarlo, antes del 12 de agosto, manden su foto sin maquillaje y sin complejos a: rosariovillajos@gmail.com.