Con Margarita lo mejor ocurre con la grabadora apagada. Y no es cobardía ni sometimiento el callar sus opiniones o tantas anécdotas jugosas como conoce, si no honradez. Sus ojos y oídos han visto y escuchado mucho durante los 22 años que ha ejercido como jefa de Protocolo y Relaciones Institucionales del Ayuntamiento de Córdoba -durante los que ha trabajado con Anguita, Trigo, Pérez, Merino y Aguilar como alcaldes-, y para alguien con un sentido tan alto de la dignidad, aunque también de la indignación, el deber de la profesión sigue intacto por mucho que lleve siete años jubilada.