“Es uno de los pocos lugares de la tierra en los que uno querría permanecer, si no fuese que el espíritu tiende adelante, siempre más adelante, si es posible fuera del mundo”. Esto es lo que pensaba de Andalucía y dejó escrito el nicaragüense Rubén Darío (1867-1916), un viajero incansable además de gran renovador de la poesía en lengua española, quien recorrió esta tierra en 1904 y plasmó sus sensaciones en el libro de crónicas de sus viajes por Europa, Tierras solares.